30.4.11

Bajo mi libro, El Significado del Zen, y veo a mi gato sonriendo hacia su pelaje mientras lo peina delicadamente con su rugosa lengua rosada
“Gato, te prestaría este libro para que lo estudies, pero creo que ya lo leíste.”
Él alza la vista y me dedica esa mirada suya de arriba abajo.
“No seas ridículo”, ronronea, “Yo lo escribí”.

Seguidores